CAMINO DE MALPICA, de Rocío Terenti

En un pueblo pesquero de Andalucía occidental, tres amigos disfrutan de sus vacaciones de verano sin otro objetivo que pasarlo bien y olvidar los aburridos meses académicos y las obligaciones impuestas por los adultos. Los baños en el mar, los paseos entre los pinares que rodean el pueblo y las largas tardes de diversión y confidencias contrastan con la realidad de un entorno a veces hostil y una familia que, en ocasiones, escuece en la piel.

El protagonista de esta historia, Damián, comprobará, con el paso de las semanas de una canícula intensa y prolongada, que la amistad deja una huella imborrable, que las preguntas acerca del futuro pueden ser tan incómodas como el calor sofocante del verano, y que, mientras se entretejen los anhelos y esperanzas de una adolescencia poco idealizada, la vida adulta se impone pese a todo.

La lectura de Camino de Malpica nos traslada a la década de los noventa, a un pequeño espacio poblado de personajes con vidas corrientes, en apariencia sencillas, pero cuyos actos y decisiones tendrán un fuerte impacto en el devenir de los protagonistas.